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La esperanza es lo último que se está perdiendo de Ángel Delgado o la necesidad de reflexionar sobre la obra de arte.
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 Citlali Ferrer. Ahuatepec, Cuernavaca, Morelos, 22 de enero 2024.

Mucho se ha escrito a propósito de lo que es una obra de arte, donde abundan distintas miradas filosóficas y académicas que han pretendido acuñar esa categoría a las piezas de artistas.

Pensemos en aquel neandertal que, en lo más profundo de una caverna, tuvo la necesidad de pintar aquello que veía cotidianamente, sin haber ido a una academia realizaba su registro, sin copiar, sólo utilizando su memoria.

En estos tiempos de enajenación visual donde todos intentamos parecernos al otro, olvidándonos de quiénes somos, el arte parece cada vez más indescifrable e incluso a veces, liso y vacío, como escultura de Jeff Koonz.

En mi cátedra para estudiantes de arte, siempre he utilizado como ejemplo la obra de Ángel Delgado. Sobre todo, el performance La esperanza es lo último que se está perdiendo, realizado el 4 de mayo de 1990, en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana, Cuba, en la inauguración de la exposición titulada: El objeto esculturado, donde participaban 61 artistas. Aunque, Ángel Delgado, no había sido invitado a ser parte de la muestra, después del performance, su pieza permaneció un día en la sala, bajo la mirada inquisidora de las autoridades, quienes no debatieron sobre estética o hermenéutica, más bien, documentaron el objeto como prueba del “delito”. La pieza y la acción completa, siempre la he considerado una obra de arte, porque es única e irrepetible, tiene contenido y nos lanza a una reflexión.

El arte conceptual se ha ocupado del mundo de las ideas más que de la elaboración de las piezas. Joseph Kosuth, con su obra: Una y tres sillas. En donde, esa “una” que no vemos en la pieza, es justo, la que está en nuestra memoria. Algo similar ocurre con el performance antes mencionado, ya que su efecto, no sólo se queda en una simple acción contestataria y maloliente, sino que traspasa todo orden establecido y continúa dando un knock out a nuestra remembranza.

Gadamer dice que, el arte debe conmocionar, justo ahí, es donde encaja muy bien ese legendario performance irruptor de Ángel Delgado, porque sin duda, sigue sacudiendo a los espectadores. No sólo puso a temblar al Partido comunista cubano y a los funcionarios de cultura; también, continúa siendo tema de discusión entre los críticos de arte. Abrió una brecha necesaria para todo aquel que pretenda comunicar con sus obras, haciendo a un lado las banalidades y avivando la llama para crear desde la libertad, lejos del valor especulativo del arte en la actualidad, intrínsecamente ligado al consumo.

Ángel Delgado, tras un juicio rápido fue declarado culpable, lo que le costó seis meses en prisión, donde imparable siguió con su labor, produciendo singulares tallas en jabones y dibujos en pañuelos. Veinte años después, en México participó con un performance titulado: Ausencia, durante el Primer Festival Internacional de Performance de San Luis Potosí, 2010, en el Centro de las Artes, la antigua cárcel, en donde traía un grillete y las manos esposadas, así se movió en la ciudad dejando un registro en video de las reacciones de la gente al verle.

Ángel Delgado se ha encargado de visibilizar los horrores sociales, no sólo de su isla natal, sino también la de los migrantes, cómo olvidar las sábanas intervenidas de su instalación: Destino soñado, en Antofagasta, Chile. 2016.

Sigo atenta a su producción, porque siempre encuentro en ella, secretos que duelen. Estoy convencida de que su obra puede servir de provocación a los artistas emergentes. Y ser motivo de contemplación para los espectadores cansados de mirar el vacío, donde lo bello como dice el filósofo Byung Chul Han, en una sociedad de consumo, prefiere vender algo que agrade y proporcione un deleite hedonista reducido a los sentidos del espectador. El arte es libertad y para prueba: la obra de Ángel Delgado.

 

Citlali Ferrer.

CDMX, 1963. Licenciada en Artes Visuales, Centro Morelense de las Artes. Estudió Danza y Teatro en las escuelas del INBA Narradora y poeta. Fue directora de la Escuela de escritores Ricardo Garibay y diseñó una licenciatura en escritura creativa; desde hace 20 años ha formado artistas en Cuernavaca, Morelos. Publicaciones: 11:00 a.m.-Mujer al sol colección: Gato encerrado, UAM-Xochimilco, 2000. Políptico, UAM-Xochimilco, 2006. Besolario, Colección La luna en la escalera, UAM Xochimilco, 2015. Su obra ha sido reconocida en México y en el extranjero y aparece en varias antologías. También, ha publicado notas críticas sobre diversos artistas.