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Ángel Delgado: La razón sublevada y otras aproximaciones al defec-art performático. 2023

 Por Desiderio Borroto Jr.

...rizando las aguas, como una piedrecilla lanzada de canto sobre la tranquila laminación líquida.
José Lezama Lima

I-El Suceso

El viernes 4 de mayo de 1990, en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana, se inauguraba un proyecto expositivo bajo el título de El Objeto Esculturado en el que participaban algo más de sesenta artistas de generaciones y tendencias estéticas disímiles que compartían como factor común la coexistencia dentro de las coordenadas de las artes visuales de la Isla, éste proyecto expositivo y evento teórico estuvo diseñado y curado por los comisarios Alexis Somoza y Félix Suazo , el objetivo del proyecto era mostrar la "superación de los límites tradicionales asociados a la escultura. Pero también algo más" , en el catálogo de la muestra sus comisarios señalan que "El término objeto esculturado constituye una metáfora que sirve para identificar la finalidad del conocimiento con el artefacto que se visualiza...la noción de objeto esculturado caracteriza las mediaciones que existen entre lo objetivo y lo subjetivo" , dentro del espacio expositivo se diseñaron varios performance potencialmente densos desde su conceptualización hasta su despliegue, entre ellos los presentados por Lázaro Saavedra, Ofill Hechavarría, Williams Carmona o René Francisco, cuando todo estaba marchando con la regularidad de la libertad administrada en las instituciones culturales cubanas en aquel contexto, desde la calle San Ignacio y penetrando por la amplia puerta principal del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, sube las escaleras e irrumpe en la sala expositiva del segundo nivel, un joven artista, en ese momento estudiante del Instituto Superior de Arte (ISA), Ángel Delgado que aunque no había sido invitado, venía dispuesto a realizar su performance, a mostrar su objeto esculturado.

Ante la mirada asombrada de algunos, estupefacta o ruborizada de otros, además de la necesaria preocupación de la institución regida por un rigoroso reglamento político-ideológico, el artista, conforma un círculo con pequeños grabados de huesitos verdes, estos grabaditos eran una de las claves de lo que iba a ocurrir, el verde era la esperanza amenazada, los huesitos la muerte, que representada la crisis que atravesaba el arte cubano, censurado, acorralado, coartada la libertad de creación y la libertad, después de completar el círculo con los alegóricos grabados de huesitos verdes, despliega, en el centro del círculo, un periódico Granma, le hace un agujero redondo a imitación del redondel de los bancos de letrinas, se desabotona el pantalón, lo baja y comienza a defecar, sobre "el pedestal" , que no era otro que un ejemplar del periódico Granma, el sagrado órgano de prensa oficial del Partido Comunista de Cuba, cofradía partidista elevada a sí misma, a fuerza política dirigente de la sociedad cubana (autoridad suprema) por la constitución impuesta y diseñada a imagen y semejanza del poder que representaba. Mientras conformaba su objeto esculturado performáticamente y concentrado en el acto de excretar y crear al unísono, se le acerca uno de los curadores de la muestra, Félix Suazo, que lo conminaba a no continuar, a no buscarse problemas, Delgado hizo caso omiso y prosiguió hasta concluir el acto defecatorio-creativo, luego se limpió con el redondel del periódico antes recortado, se levantó del pedestal periodístico, entregó a varios asistentes otros grabados de los huesitos verdes y salió rampante por donde vino.


Ángel Delgado, La esperanza es lo último que se está perdiendo.
CDAV, La Habana, 1990. (Foto: Evel González)

Eso fue el suceso concreto, lo ocurrido literalmente y que tuvo como escenario el CDAV aquel viernes 4 de mayo de 1990, esta intervención y otras como la de Arte Calle en la Uneac hicieron reflexionar a Desiderio Navarro y concluir que una de las claves de las artes visuales en aquellos años, o sea, entre los ochenta y los albores de los noventa fue la..."irrupción imprevista y apropiación efímera (representar performance programados en medio de vernissage o conferencias ajenas)" , en éste caso el performance de Delgado fue una irrupción imprevista y una apropiación efímera del espacio expositivo de la muestra El Objeto Esculturado pero su trascendencia ha desbordado todos los límites imaginables o utópicos posibles, fue un estremecimiento, un jalón telúrico que el artista, el demiurgo Ángel Delgado, quizás sin proponérselo, lo hace renacer cada vez como suceso y como tradición, fue su original manera de dejar un hueco en el viento , una huella perdurable.

El performance concluyó físicamente cuando el artista salió a la calle, a la Plaza Vieja de la Habana "tranquilamente henchido como quien ha ido más allá de sus murallas". Sin embrago, el objeto esculturado de origen fisiológico, o sea el mojón del artista, permaneció por casi veinticuatro horas en el salón expositivo bajo la mirada escrutadora de las autoridades policiales y culturales, por lo tanto, aunque no aparece registrado su nombre, en la relación nominal del catálogo oficial de la exposición, la permanecía de la obra en ese entorno expositivo, le hace entrar por derecho propio como depositario activo de la muestra y engrosar esta participación en el currículo del artista.

La aparente tranquilidad de la institución en los días posteriores, enmascaraba una inquietud magna y "el caso" fue a parar a la policía política que tardó seis días para ensamblar su respuesta represiva: detener al artista en su propia casa sin orden de arresto y, posteriormente procesarlo jurídicamente por el absurdo delito de escándalo público.

Con la irrupción performática y defec-art, La esperanza es lo último que se está perdiendo, además del desafío, lo trasgresor y el riesgo, el joven artista entró en una estación de la creación de la que no existía entrenamiento previo y en medio de un ambiente hostil caracterizado por la falta de libertad, autoritarismo oficial e institucional con una persecución abierta a la libertad de expresión privada y pública. Ubicar éste suceso creativo en las coordenadas del arte insular y en el devenir internacional en lo que se ha dado en llamar defec-art es el propósito de la siguiente entrada.

II. Antecedentes y segundas órbitas.

La estética escatológica es un dominio dentro de las amplias zonas de la creación que tienen además una alargada historia y diversidad de ejemplos de su uso como herramienta artística, el defec-art es dentro de ese dominio, una disciplina, una manera particular de emplear lo fisiológicamente escatológico para crear obras de arte, aunque la mayoría de los estudiosos y críticos señalan que la apertura de lo performático - escatológico lo realizó Piero Manzoni en 1961 cuando envasó su mierda, la de él, en 90 latas bajo el título Mierda de artista etiquetado en varios idiomas, acto que detonó los límites del arte provocando inmediatamente las algarabías de apoyo y los rechifles de desaprobación, que se mueven con más o menos, en esa dicotomía hasta la actualidad; a pesar de su nivel referencial, incluirlo en el movimiento performático no se ajusta objetivamente a ese ambiente creativo de incidencia pública, profundizando con imparcialidad su acción y proceso para crear la escatológica serie de latas cargadas con su mierda, no cumple con algunas de las elementales trazas fijadas teóricamente para definir al performance en general y menos aún al defec-art, pero su trasgresora serie cargada de una mezcla de ironía, desafío e inconformidades en plural, dejó entreabierta la puerta al defec-.art performático, puerta que abrió el austriaco Günter Brus en 1968 cuando él como parte del movimiento conocido como accionismo vienes fue invitado por la Unión Austriaca de Estudiantes Socialistas a un espacio de debate bajo el nombre de Arte y Revolución, Brus realizó allí su Acción No 33 y frente a cientos de espectadores, se desnudó, para quedar libre de cualquier atavío que lo pudiera asociar a alguna estética preconcebida, se laceró el cuerpo, se masturbó, defecó y con sus excrementos se embadurnó su cuerpo como una señal de cambio, de protesta , inauguró, con su acción heteróclita, incluso dentro del propio accionismo vienés, la modalidad del performance, en los que el excremento, la mierda del artista se convierte en componente morfológico y de contenido de la acción, Günter Brus es cronológicamente el antecedente más próximo de la acción performática La esperanza es lo último que se está perdiendo (1990).


Günter Brus. Acción No 33. Viena, 1968.

En segundas órbitas y con intenciones disímiles otros artistas han enriquecido el performance defec-art, es en este definido ámbito de la creación en el que Ángel Delgado se puede considerar, justamente, un precursor en Iberoamérica , en este grupo de artistas que le han echado mano a la herramienta del performance defec-art con excremento humano, es preciso mencionar, en orden cronológico, a Oleg Kulik uno de los artista más irreverente del último cuarto del siglo XX, él realizó en Zurich un performance ensayado un tiempo antes en Estocolmo, al que titula Reservoir dog (1996) el espacio escogido fue la Kunsthaus de esa ciudad suiza, el propósito cardinal no era un defec-art, desnudo y atado como un perro atacó a mordidas a varios espectadores, especialmente a críticos o curadores, quería demostrar la persistencia de la animalidad humana, dejarla al descubierto, sin simulaciones o falsos ropajes "eventualmente orinó y defecó, como cualquier perro" ese accionar lo emparenta en alguna medida con esta disciplina de la estética escatológica denominada defec-art y lo coloca en sintonía con el tema que se trata en esta páginas.


Oleg Kulik. Reservoir Dog. Zurich, 1996.

Al año siguiente , exactamente el 17 de diciembre de 1997, Fernando Pertuz colombiano, realizó el performance Indiferencia, el artista defecó en público y se alimentó de sus propias excretas o sea comió mierda que como frase tiene connotaciones sociales y de marginalidad en aquel país, fue una acción- imputación a ese entramado de situaciones complejas del pueblo colombiano .


Fernando Pertuz. Indiferencia. Colombia, 1997.

Otro colombiano Wilson Díaz también ha creado a partir de tomar el excremento propio como vehículo o herramienta semántica, en el año 2000, realizó su performance documentado fotográficamente titulado Vientre Alquilado, defec-art diseñado para visualizar el tema de las mulas que transportan bolsitas de coca en su estómago para devolverlas como parte de su excremento, el artista para denunciar esta situación se comió 30 semillas de coca en Cali y voló hasta Curazao donde se desarrollaría un taller de artes visuales, al llegar a Curazao defecó las semillas y luego las sembró, cuidó de ellas mientras estuvo en el taller, éste performance se mueve hacía otras preocupaciones no menos acuciantes de la contemporaneidad.


Wilson Díaz. Vientre Alquilado. Curazao, 2000.

En esta secuencia se inscribe la artista mexicana Rocío Bolíver la que en el año 2012 en el Zócalo de ciudad México defecó sobre la imagen de Enrique Peña Nieto en medio de una manifestación contra su candidatura presidencial, el significado de esa acción tiene una concreción obvia por las circunstancias políticas y el proceso eleccionario mexicano.


Rocío Bolíver. S/T. Zócalo, Ciudad México, 2012.

Tres años después en el 2015, en España en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, las artistas Laura Corcuera y Mónica Confiño diseñaron el performance y exposición titulada Excreta, previo a la inauguración, se publicó una foto donde una de las artistas defecaba en el Cubo o Monumento a la española Constitución de 1978 , enseguida se armó una intensa la polémica y el Museo suspendió todo lo previsto, según las autoras las fotos sólo fueron en posición para defecar y que lo que pretendían era abonar la constitución que es de todos los españoles, si en realidad no defecaron, al menos quedaron las fotos de la gestualidad del suceso, este y los demás performances mencionados son expresiones contextualizadas de las precursoras de Grus y Delgado, al igual que las de ellos fueron acciones desafiantes, provocadoras, unas son cuestionadoras del orden sociopolítico o de las plataformas artísticas que tradicionalmente se ocuparon de legitimar el arte como los museos, galerías, coleccionistas etc., o abiertos actos de rebeldía cívica.


Laura Corcuera. Exposición Excreta. MNCN de Madrid, 2015.

En el contexto cubano, el performance precursor de Ángel Delgado La esperanza es lo último que se está perdiendo, tuvo que esperar más de dos décadas, exactamente 28 años hasta que a mediados de 2018, regresó al escenario insular un performance defec-art legítimo, en esta oportunidad, ideado por Luis Manuel Otero Alcántara (Luisma) para levantar su voz contra la cada vez más remullida atmósfera de la cultura oficial, enrarecida a extremos por posposiciones como la impuesta a la Bienal de La Habana o el amenazador decreto 349, que por esa fecha, se anunciaba su puesta en vigor creando un clima de tensión entre los artistas e intelectuales y el Ministerio de Cultura, además el acoso y campaña difamatoria contra los artistas independientes participantes en la 00 Bienal de La Habana , Luis Manuel Otero Alcántara junto a un grupo de artistas e intelectuales habían hecho llegar al Ministerio de Cultura una misiva de protesta y que contenía la exigencia de una retracción a la despiadada campaña difamatoria que ese organismo emprendió contra los promotores de la 00 Bienal de La Habana, el performance ideado por Luisma, consistiría en llegar hasta el Capitolio Nacional, embadurnarse de mierda y levantar un cartel con el reclamo de Arte Libre, minutos antes de realizar el performance frente al capitolio Luis Manuel Otero Alcántara fue detenido por la policía política con el claro propósito de impedir la acción artística y de protesta. Ante el imprevisto, que además era presumible de la detención de Luisma, rápidamente la historiadora de arte y curadora Yanelis Núñez asumió la acción performática, se embadurnó ella de mierda y frente al capitolio gritó, entre otras cosas: "somos artistas, queremos respeto, pedimos reunirnos con el ministro de cultura", éste performance que debe atribuirse a la autoría de Luis Manuel Otero Alcántara y la ejecución necesaria realizada por Yanelis Núñez, es una acción que demuestra desde el punto de vista epistemológico la validez en el entorno insular del performance defec-art fundacional de Delgado y la diacronía del suceso que se movió en el tiempo y aún tienen trecho que andar a pesar de los desfasajes cronológicos con otros momentos de auge performático.


Instante en que Luis Manuel Otero Alcántara es detenido justo cuando iba a iniciar el performance, 2018. (Still de video cortesía de Yanelis Núñez)


Yanelis Núñez, al ser detenido Luisma, asume el performance frente al Capitolio Nacional 2018. (still de video cortesía de Yanelis Núñez)

El performance de Luisma y Yanelis Núñez desde el mismo diseño, era una acción desafiante y cuestionadora, especialmente sobre el rol de las instituciones culturales y la ideologizada política cultural así como la gestión del poder, la libertad, los derechos humanos, éste performance, se inscribe en la tendencia y accionar del artivismo, heredero en buena medida de la tendencia crítica asumida por lo más avanzado del movimiento plástico de los ochenta y que tuvo como clausura simbólica, precisamente, el performance La esperanza es lo último que se está perdiendo, y al igual que ocurrió en aquella oportunidad con Ángel Delgado, la consecuencia de la acción de protesta y de exigencia de libertad, terminó con la detención arbitraria de Luis Manuel Otero Alcántara, por la sencilla razón de preservar el derecho a la libre expresión y a gozar de la libertad como un derecho humano fundamental.

III. Comprendiendo el performance "La Esperanza es lo último que se está perdiendo".

Para las autoridades "administrativas" de la cultura, las artes plásticas habían sido desde el triunfo de la revolución una zona de baja intensidad, en cuanto a posiciones cuestionadoras, desafiantes o críticas, sin embargo, otras manifestaciones del arte como el cine y la literatura desarrollaron roces con el poder y éste respondió aplicando el peso del estado como en los casos de las censuras a filmes, documentales, canciones y libros entre ellos, PM, documental realizado por Sabas Cabrera Infantes y Orlando Jiménez Leal censurado después de una fuerte polémica pública, la canción Adiós felicidad de Ela O`Farril, que se interpretó como una melodía que le faltaba optimismo, el caso Padilla, que comenzó con la detención por la Seguridad del Estado del poeta Heberto Padilla y su posterior mea culpa, este caso provocaría un rechazo internacional hasta por algunos segmentos de la intelectualidad de izquierda y en lo interno a la posterior parametrización de artistas, escritores e intelectuales en el llamado quinquenio gris, abierto a partir del Primer Congreso de Educación y Cultura, celebrado en abril de 1971.

Las artes plásticas cubanas abandonan la zona de confort y coincidencias con el poder entrando los años ochenta, aparecen brotes de disonancia, voces que persiguen fragmentar el discurso único y la unanimidad echada a volar por la propaganda oficial, es el momento en que comienza, un proceso de preocupación por parte de las instituciones y el poder hacia esta zona de la creación, porque poco a poco fueron las artes plásticas, hasta entonces dóciles, las que desde algunos oasis primero y luego desde ríos embravecidos, deciden poner los dedos en las llagas, para erigirse, en el trascurso de la década de los ochenta, en el vocero esencial, el catalejo del porvenir, el vehículo de traslado de las inconformidades contestatarias acumuladas por décadas y que eran disimuladas tras las banderas de un discurso de unicidad alentado desde un adoctrinamiento diseñado por la cúpula del poder en manos del partido comunista. Ante este nuevo escenario creado por las artes plásticas y sus representantes más osados, sobre esa inédita y desafiante plataforma creativa, se volcó todo el aparato censurador primero y finalmente represivo del "gobierno revolucionario", éste tránsito del abrazo servicial, a veces servil, a una posición crítica desde las artes visuales, lo ha definido excelentemente Iván de La Nuez al catalogar este trasiego de aquella servicial, nada conflictiva posición a una postura crítica, como el paso primario a la disonancia, la que no hizo feliz al poder, infelicidad que se manifestó en cancelaciones y censuras a varios de los proyectos expositivos más alentadores dentro de la zona de inconformidad de las artes plásticas en la década de los ochenta.

En aquellos meses iniciales de la última década, del azaroso siglo XX, Ángel Delgado, cursaba aún el tercer año en la especialidad de artes plásticas en el Instituto Superior de Arte de La Habana, su currículo era incipiente pero su rostro ya era visible en acciones reveladoras o acusatorias de la embarazosa situación de los artistas y el arte en el país, situación incómoda e incongruente en la que se amplificaba la censura como un manto negro que se apoderaba del ambiente creador insular, él estuvo entre los que asistieron, entre los que estuvieron allí, en el deportivo José Antonio Echevarría, en el conocido juego de pelota de los artistas, críticos y curadores que se llevó a efecto en 1989 y que pregonaba el slogan, si no nos dejan hacer cultura, jugamos pelota, esa fue una respuesta colectiva a esa amplificada situación de censuras, la de Delgado con su performance, fue una respuesta solitaria lo que implicaba un riesgo mayor porque el peso silenciador caería no sólo sobre la obra sino también sobre el artista.

El joven artista, como se apuntó arriba era estudiante del ISA y estaba bien inmerso en el ambiente artístico de las postrimerías de la década de los ochenta, está al tanto del desenvolvimiento de los acontecimientos y sucesos donde se aplica el peso de la censura institucional- ideológica y policial, que entre 1988 y 1989 se acrecentó, algunos ejemplos son: la exposición de Tomás Esson, A tarro partido II, Las cartas de Carlos Cárdenas, por ese mismo tiempo, las amenazas sufridas por proyecto ART-D como resultado de sus retadores happening y performances en el Parque 23 y G, la cancelación de la exhibición Homenaje a Hans Haacke y la de Arte calle en la Galería L, el incidente con la exposición Un artista melodramático de René Francisco y Ponjuan que formaba parte del Proyecto Castillo de la Fuerza, el que también fue definitivamente rescindido, toda esa anómala situación ,van conformando la idea en él, de realizar una acción de respuesta, porque todo lo que acontece a su alrededor lo va cargando de frustraciones, de una irritación telúrica que necesita válvulas de escape no sólo a las tensiones que sufre individualmente sino a las que trascienden colectivamente al gremio artístico, como Colin Smith protagonista de La Soledad del corredor de fondo, decide renunciar a posibles privilegios para asumir la soledad y los riesgos que implicaba en ese momento correr solo, de ese enrevesado tejido brota la idea del performance La esperanza es lo último que se está perdiendo, era su acción- manifiesto o como el propio artista ha afirmado era una acción - protesta para denunciar desde la plataforma del arte las tensiones reales, tiranteces y roces que el poder enmascaraba en un simulacro de felicidad oficial alrededor de un discurso único , frente a ese simulacro, bullía, sin embargo, una beligerancia ideológica que trascendía a lo político, lo social y alcanzaba amenazadoramente al entorno cultural profundo, las artes plástica habían logrado fragmentar el discurso y esa segmentación era una amenaza al relato único que aseguraba las ataduras que el poder había diseñado para mantener su dominio.

Como Colin Smith el asceta corredor de fondo , Ángel Delgado en solitario, diseña el performance, hace decenas de grabaditos de huesitos de color verde al estilo de pequeñas postales, escoge un periódico Granma, todos esos sencillos pertrechos van parar al morral junto a su intestino listo para expulsar desde lo más íntimo y profundo, un grito de libertad y derecho, se mantiene a la expectativa para escoger el momento oportuno y poner en escena, revelar su performance biopolítico, hubo una o dos tentativas pero la oportunidad perfecta se presentó con la anunciada inauguración de la exposición El objeto esculturado en CDAV de La Habana, la muestra por sus directrices estéticas y su discurso curatorial encajaba irreprochablemente con el propósito del joven artista que lo había planificado todo a expensas de él mismo, se convirtió para el diseño y ejecución del performance: en artista- curador, en sujeto y, de sus entrañas brotaría el objeto artístico, la ausencia de colaboradores o comisarios le daba la posibilidad de actuar sin que alguien, aunque fuera con buenas intenciones, le pusiera límites a su libertad y mucho menos a coartar la expansión del contenido de la obra, esa libertad de acción previa, le encuadró un valor añadido a la acción en el momento de realizarse y una perdurabilidad a los alcances y resonancias ulteriores de aquella acción performática . Otra de las pistas previas que no deben obviarse, es la condición de intruso porque él no había sido invitado a participar en la exposición, ni al evento en su transcurso planificado, entonces irrumpir y lograr la "apropiación efímera" de parte del espacio expositivo coloca a esta acción como uno de los momentos trascendentales en el devenir del desafío planteado desde las artes plásticas a la triada institución-censura- sistema, en este caso el artista intruso es el que logra gozar de la libertad, que la triada antes mencionada, puede coartar a su antojo cuando se trata de un artista funcional (en la acepción de utilizable) a imagen y exigencias del poder, el artista intruso es libre, ejerce esa libertad y está dispuesto a afrontar las consecuencias de sus pulmones henchidos de aires emancipadores.

Aquella noche del 4 de mayo de 1990, mientras el estudiante del ISA Ángel Delgado, realizaba su precursor performance, la acción biopolítica y estética más atrevida del decenio renacentista de las artes plásticas cubanas, en la planta baja del CDAV, agentes policiales alertados por alguien, pretendieron impedir por la fuerza la continuación del acto fisiológico-creativo, la maniobra policial, no ocurrió debido a las sugerencias dadas por uno de los curadores de la exposición: Alexis Somoza, que persuadió a Beatriz Aulet directora del CDAV, esgrimiendo como argumentos, que la acción policial convertiría lo que estaba sucediendo artísticamente en un escándalo político no recomendable para el evento expositivo. lo que se reafirmaba con la presencia en la institución de funcionarios de la entonces Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana y varios periodistas de agencias extranjeras, ante esta realidad y la reiterada insistencia de Alexis Somoza, situación que él mismo narró posteriormente de forma privada al propio artista, es que la funcionaria percibió lo delicado del ambiente que podría estallar allí, solo entonces, cambio de actitud, e influyó para que se detuviera la acción policial y que el artista saliera aparentemente ileso de su provocativo y sugerente performance; desde ese instante comienzan las autoridades a buscar la manera de castigar al artista que ha creado una situación inédita, su relato morfológicamente no estaba registrado en el inventario, en el índex prohibitorum del poder, el artista había creado una nueva situación.


Ángel Delgado . La esperanza es lo último que se está perdiendo. CDAV, La Habana, 1990. (Foto Evel González)

Como la liebre, salta la pregunta para las autoridades ante la nueva situación... ¿qué hacer?, dejar la solución a la institución o sea en manos CDAV, pasarla al Ministerio de Cultura entonces regentado por Armando Hart miembro privilegiado de la élite del poder pero su respuesta podría ser, desde esa posición, sólo administrativa, la jerarquía político-ideológica del partido comunista decide aprovechar la oportunidad para aplicar un castigo ejemplarizante que le permita abandonar el incómodo pugilato sobre las plataformas artísticas y pasar contundentemente a lo judicial, a criminalizar las acciones artísticas que se considerasen políticamente incorrecta. A pesar de las precarias vías de comunicación de entonces, el suceso salió enseguida a luz pública, el objeto esculturado plantado por Ángel Delgado quedó toda aquella noche allí, era el cuerpo del delito, la exposición cerrada y a la mañana siguiente la visita correctiva de Armando Hart, Sergio Corrieli y otros funcionarios, ésta intervención política-administrativa, dio paso a que la policía política abriera "el caso Ángel Delgado".

IV El caso Ángel Delgado.

Las reacciones inmediatas brotadas de la realización del performance La esperanza es lo último que se está perdiendo que como irrupción telúrica puso en escena el estudiante del ISA y artista Ángel Delgado en medio de la inauguración de la exposición y evento El Objeto Esculturado, fueron variopintas, unos, los más cercanos. aplaudieron su arrojo, lo consideraron un acto de valentía en todos los sentidos, otros se disgustaron porque la acción provocó el cierre de la exposición transitoriamente y la suspensión de otros ejercicios teóricos, conversatorios y conferencias planificadas. En parcelas más privilegiadas se trató de ver el acto del joven artista como un oportunismo, una manera de llamar la atención debido a su menguado currículo pero como dice el aforismo "hay de todo en la viña del señor".

La criminalización de la acción creativa de Delgado abrió un expediente, un caso, los seis días posteriores al suceso, la policía política y la gendarmería ideológica trataron de buscar alguna conexión del artista con grupos disidentes o relaciones con embajadas extranjeras, el objetivo era vincular al joven artista con la cacareada y gastada acusación de servidor del imperialismo y presentarlo a luz pública como un antipatriota, como un mercenario pero esos rieles que funcionaron con otros, descarrilaron su propia locomotora porque no lograron probar, nada, entonces se pasó a la acción policial y jurídica, detienen al artista ilegalmente en su propia casa, sin orden de arresto y lo conducen a Villa Marista sede de la Seguridad del Estado, ser enviado a ese sitio es denotativo de que su acción artística pretendía ser implicada en un delito contra la seguridad del estado, Delgado es interrogado con fuerza, siempre con el propósito de sacar alguna confesión, una mea culpa sobre sus posibles vínculos con la disidencia política, finalmente el resultado es negativo pero "el caso Ángel Delgado" no puede quedarse sin castigo y transfieren el supuesto delito político a la zona de los delitos comunes, va a ser juzgado por escándalo público.

Aunque el joven artista negó siempre cualquier vinculación previa con la muestra El objeto esculturado, sus curadores o la institución, mantuvo su declaración de que su acción fue un acto solitario de protesta, de indignación ante la amplificación de la censura al movimiento plástico cubano, los curadores de la exposición Alexis Somoza y Félix Suazo fueron llamados declarar a la unidad policial de Cien y Aldabó, sede de uno de los Departamentos Técnicos de Investigaciones de la PNR, se presupone que Beatriz Aulet directora del CDAV y Cristina Vives deben haber sido citadas, al menos para que formularan la denuncia por la que sería juzgado y condenado el estudiante y artista Ángel Delgado.

El martes 14 de mayo de 1990, es una fecha bisagra en la historia de las artes plásticas cubanas, se cerró un capítulo de su devenir y se abrió otro apartado con zonas más delimitadas en contornos y profundidad, que se distinguen por la definición que cada cual tome desde el punto de vista estético y de la posición frente al poder, se produjo un cambio de época. Ese día, se celebró el primer juicio en el tribunal municipal de Centro Habana contra el joven estudiante y artista Ángel Delgado, acusado de escándalo público, delito tipificado en el código penal vigente en el momento del proceso, en el Artículo 303 que en su inciso B apunta que comete el delito el que ofenda el pudor o las buenas costumbres con exhibiciones impúdicas... que Delgado haya sido juzgado por ese delito común muestra que su proceso fue una venganza del poder contra su acción crítico- emancipadora y desde el andamiaje legal, el acto realizado por Ángel Delgado no ofendía al pudor o las buenas costumbres, su acto fue una acción bio-estética, creó una obra de arte, en las fotos que se conservan como memoria gráfica no se aprecia a nadie espantado, ni con síntomas de sentirse agredido por lo que el joven artista realizaba, si estaban anonadados por la fuerza telúrica - creativa de la acción, no atentó contra las buenas costumbres , ni el pudor de los presente, ni fue acusado por nadie del público asistente al evento , la acusación la realizaron, presumiblemente forzadas la Directora del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales Beatriz Aulet y Cristina Vives además en ese propio código vigente, en su acápite de definiciones recoge "No se considera delito la acción u omisión que, aun reuniendo los elementos que lo constituyen, carece de peligrosidad social por lo escasa entidad de sus consecuencias y las condiciones personales de su autor", ateniendo a la letra del propio código, el joven artista y estudiante le confluían esas atenuantes, su acto creativo no tuvo intenciones impúdicas sino artísticas, él era estudiante y artista sin ningún antecedente penal y con un comportamiento ciudadano correcto por lo que su sanción denotada una intención otra y si connotaba una actuación de la autoridades con expresa intención ejemplarizante y que avisaba desde ese momento, el límite de la libertad, si se observa el corto tiempo desde su detención hasta el primer juicio condenatorio, se puede clasificar como un juicio sumario, se realizó a puertas cerrada, no con el propósito de "proteger la integridad del joven estudiante y artista" sino de evitar las implicaciones públicas de la actuación represiva, cuatro días después se efectuó otra vista, esta vez en el Tribunal Popular Provincial de Ciudad Habana para escuchar la apelación del caso, la sanción fue ratificada y con ella supuestamente las autoridades cerraban "el caso Ángel Delgado" cuando en realidad el caso artístico Ángel Delgado estaba emprendiendo el primer tramo de una carrera de relevos temporales que lo mantienen vigente e inscrito en la historia cultural de la nación.

Ángel Delgado desde el 10 de mayo de 1990 se convirtió en un artista enjuiciado y condenado por el delito de hacer arte, ¿Qué hizo el gremio artístico? ¿Qué pasó con la opinión pública?, en aquel difícil entramado sociopolítico y de hegemonía ideológica del partido comunista con una sobredimensionada propaganda girando alrededor de la amenaza imperialista acrecentada por el derrumbe del socialismo en Europa del Este, emitía señales de alarma y en buena parte del gremio hubo miedo, temor a la represión, hubo comprensión inmediata de los verdaderos límites admitidos por el poder, según testimonio de la época, Orlando Hernández se acercó al Ministro de Cultura Armando Hart para pedir que intercediera y éste se limitó a decir que eso era un "asunto de arriba", si se considera que Hart pertenecía a la élite del poder político-ideológico encabezado por el Buró Político del PCC del que era miembro efectivo, entonces ¿a qué más arriba se refería el ministro? , la respuesta es obvia, el partido como maquinaria del poder en Cuba no iba a admitir que nada se les fuera de las manos y esa fue la señal, el blanco: Ángel Delgado y su provocador performance defec-art. Conjuntamente al proceso judicial se aplicó, administrativamente la sanción a ser expulsado del Instituto Superior de Arte y ninguneado en los circuitos expositivos cubanos, pero el presidio sería para él una "academia" enriquecedora en emociones y aportadora de las herramientas y buena parte de las motivaciones creativas que lo han acompañado en el tiempo y que han convertido su obra, en una pieza singular dentro del arte conceptual cubano contemporáneo.

La opinión pública ni siquiera se dio por enterada, la censura informativa se encargó del silenciar el suceso que sólo corrió de boca en boca entre los más cercanos con más o menos algunas resonancias de baja intensidad, Ángel Delgado quedó solo sin campaña de apoyo, sin manifiestos o cartas de protesta suscritas por artistas, intelectuales u otras personalidades, durante los 181 días que duró el encierro, su única compensación era crear y que el tiempo pasara, los primeros meses fueron en el Combinado del Este, allí con el número 1242900 fue enviado desde el llamado depósito a la celda 3205, segundo piso Ala Norte bajo un estricto régimen que mejoró en alguna medida en las otras dos prisiones que transitó mientras cumplía la condena de seis meses, del Combinado del Este, fue trasladado a la prisión Micro10 y concluyó en el correccional de Alquízar con un régimen más abierto que incluía la posibilidad de trabajar. Su caso regreso al ámbito artístico cuando años después, en el Espacio Aglutinador y en desagravio por el insulto y lo sufrido, se expuso la muestra 1242900 con palabras al catálogo de Gerardo Mosquera , la expectativa sobre lo que allí se expondría fue un punto de impulso en la trascendencia del agitador performance La esperanza es lo último que se está perdiendo

V- A manera de epílogo

Aproximarse objetivamente a lo artísticamente ocurrido y con el saneamiento del tiempo a favor, se puede registrar que desde el punto de vista ideo-estético, artístico, político y de activismo cívico, el performance de Ángel Delgado, su acción solitaria filtró e hizo suya las aspiraciones de la mayoría del gremio artístico - intelectual no domesticado por el poder, se erigió como la propuesta artística más osada, desenfada y contundente del momento, marcó el fin en el entorno de las artes visuales cubanas de lo que Iván de La Nuez denominó disonancia en sentido de discrepar sobre una misma plataforma para pasar a la disidencia en el sentido de ruptura, de cisma que han sabido mantener en el tiempo precisamente los componentes del gremio que no se han dejado domesticar y los que no han actuado, ni actúan dócilmente a pesar de censuras, cancelaciones, cárcel, deportaciones, presiones de toda índole. Después de estos incidentes que tuvieron como corolario sustantivo, el estremecimiento provocado por el performance defec-art La esperanza es lo último que se está perdiendo en el ambiente de las artes plásticas cubanas, especialmente en La Habana se llega, ineluctablemente, a una bifurcación y las bifurcaciones ponen delante, disyuntivas, permanecer en la Isla bajo el gris cortante del poder y sus representantes encargados de aplicar desde censuras hasta penas de cárcel o salir del país, emigrar, buscar aires de libertad, que en ese momento era el oxígenos indispensable para seguir creando y tratar de prolongar el visionario renacimiento de las artes plásticas cubanas de la década de los ochenta, se produce un éxodo casi masivo de esa hornada de artistas inquietos e incómodos, artistas, que cada uno individualmente o de manera gregaria habían formado parte de las diversa tendencias que salieron al ruedo de las artes visuales en esos años felices, felicidad porque cada idea que brotaba era una fiesta para el arte, asimilada según su dimensión pero siempre con una cuota de entusiasmo, también fueron años donde al unísono, reinó la ambivalencia, por un lado aplausos, guiños, por otro incomprensiones embarazosas porque hubo muchas de esas ideas cercenadas, invisibilizadas por el poder y sus instituciones representativas, ante aquella situación, cada artista tomó la decisión que consideró correcta: quedarse o emprender el camino, al cabalmente llamado éxodo .

La irrupción de Ángel Delgado en aquel evento además de ser definitivamente la frontera entre disonancia y disidencia en las artes visuales cubanas, abrió una nueva época y el punto de cruce de dos posiciones, una la cultura dócil, domesticada e incondicional a la hegemonía ideológica del partido comunista y sus acólitos y la otra, una contracultura que se había venido abriendo paso en los ochenta con aspiraciones de cambios, reacomodos y que precisamente se hacían cada vez más, evidentemente necesarios debido a la crisis ideológica y al inmovilismo que se había apoderado del ámbito nacional, éste performance es el símbolo efectivo de esa contracultura y en su lectura lineal, sin elipsis apunta que el poder es una letrina, que el poder en Cuba representado por el partido es mierda o sitio donde depositarla, un lugar que apesta, que ha coartado las libertades y los derechos, La esperanza es lo último que se está perdiendo resultó ser, empleando una terminología boxística, una combinación de jab con uppercut que dejó en conteo de protección al poder y sus instituciones, por esa razón tardaron seis días en reaccionar frente a la acción - provocadora de Ángel Delgado, la respuesta pretendida silenciar al artista porque la obra aunque retirada al día siguiente de la exposición ya se había ganado la persistencia en la historia del arte cubano finisecular, la acción performática está acompañada de un título que como complemento verbal revela al usar un gerundio condicional, no solo la duración de la acción verbal sino que extiende su pronunciamiento a un proceso que en ese momento estaba en marcha, el de la pérdida de la esperanza no solo del arte sino la esperanza de las masas, del pueblo que es un fenómeno más complejo y que el artista lo ha radiografiado textualmente y que escenificó performáticamente en aquello minutos mágicos de la noche del sábado 4 de mayo de 1990.

Aunque parezca atrevido o quizás desmedido, el performance realizado por Delgado aquella primaveral noche, sacudió en un instante a todo el edifico del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana, la sacudida se desbordó al amplio ámbito de las artes plásticas insulares y alzó a la muestra El Objeto Esculturado como punto de referencia forzoso en el andar cultural finisecular de Cuba y ha impedido un presumible anonimato de la misma con el paso de tiempo, esto confirma, que aquel atrevido y desafiante performance, logró "destejer el arcoíris" e insuflarle aliento a todo lo ocurrido allí y mantenerlo con vida hasta hoy.

Osvaldo Sánchez en una radiografía de los años finales de la década del ochenta apunta que "las instituciones culturales no sabían cómo enfrentar el oportunismo de los dogmáticos del partido" , la respuesta la lanzó con la fuerza de un torbellino Ángel Delgado con su accionar performático La esperanza es lo último que se está perdiendo, desenmascaró, enfrentó el oportunismo, la inmovilidad, la censura, la represión, cohesionó con su acción la sublevación de la esperanza y abrió otros tiempos posibles y como también anotó Osvaldo Sánchez: "El poder no podía entender que aquella crítica despiadada era el último recurso de la propia legitimidad de la Revolución como suceso vivo"

Anexo.

Seis criterios para una sola mirada sobre el performance defec-art "La esperanza es lo último que se está perdiendo" de Ángel Delgado.
1-Orlando Hernández
No es un dato biográfico que uno pueda pasar por alto: constituye el centro mismo de su vida.
2-Alexis Somoza.
Se convirtió en el primer antecedente de arte escatológico en Cuba...con clara intención de burla y rebelión política.
3-Gerardo Mosquera.
Más que una "boutade" era un acto artístico provocador...Fue su contribución inesperada de un objeto esculturado biológicamente.
4-Coco Fusco.
Constituyó un asalto a la santidad del discurso del partido comunista cubano.
5-Carlos Aguilera.
Su entrada en el world ranking del arte cubano estuvo atravesada por aquella colaboración político-fisiológica, por aquel acto donde se mezclaba ideología y excremento.
6-Héctor Antón.
Marca el punto de giro entre los explosivos ochenta y los tropológicos noventa.


1También representando al CDAV estaba vinculado al proyecto expositivo El objeto Esculturado, José Luis Rodríguez de Armas conocido como El Chino de Santa Clara, uno de los comisarios de exposiciones más reconocidos de aquel momento.
2Carlos Garrido Castellanos: Continente de insularidades. Arte y contexto en el Caribe en el cambio de milenio, pág. 249
3Suazo, Félix y Somoza Alexis (1990) El Objeto esculturado. Catálogo de la exposición, La Habana, CDAV.
4Desiderio Navarro: "In Media res públicas. Sobre los intelectuales y la crítica social en la esfera pública cubana" en Hernández y Rojas (Comp.) (2001) Ensayo cubano del siglo XX, México, Fondo de Cultura Económica, pág. 695.
5Este segmento es una apropiación de un verso de Dulce María Loynaz del Poema CI
6Aunque aquí se señala como precursor en Iberoamérica, hasta que no se demuestre lo contrario es Ángel Delgado un precursor mundial del defec-art.
7Alexis Somoza Erci: El legado del objeto esculturado en La generación de la esperanza cierta.
8https:771library.co/article/cap%c3%ADtulo-cierre-performar-para afectar-afectar-para perfomar ZKW 29 Vmz.
9En párrafos más abajo en este mismo texto se aclara el por qué la utilización de disonancia y disidencia, explicación dada por Iván de la Nuez
10Ese conocido y tratado juego de pelota se efectuó el 24 de septiembre de 1989 en el Círculo Social Obrero José Antonio Echeverría de La Habana.
11La soledad del corredor de fondo es una novela de Alan Sillitoe que es considerada una de las grandes novelas del siglo XX.
12Coco Fusco: "Testimonio de un artistas ex preso" en Rialta, rialta.org, 24 de agosto de 2021.
13En estos espacios de la creación y el arte, siempre hay un alguien vigilante, atento y dispuesto a informar para que las autoridades actúen, ese tipo alguien tiene muchos motes, se puede colar cualquiera de ellos a aquel alguien que alerto a la policía política.
14Según Gerardo Mosquera él también intercedió por Ángel delgado pero la respuestas que recibió fue que las organizaciones juveniles se estaban ocupando el caso.
15Entre los que no emigraron también se produjo bifurcaciones, la primera ya apuntada, los no domesticados y los que marcharon al paso del poder a veces enmascarando sus propuestas en envolturas cínicas otra veces con una carga tropológica notable, las artes plásticas en la Isla siguieron siendo un organismo vivo, emplazante, contradictorio, múltiple y complejo.
16Jorge Luis Borges: Nueva antología personal, pág. 208.
17http://artjournal.collageart.prg/?P=5429#Fn-5429-19
18Ídem.

Datos del autor:

Desiderio Borroto Jr. (Guáimaro, Cuba 1961). Licenciado en Historia por la Universidad de Oriente y Master en Cultura Latinoamericana por la Universidad de las Artes (ISA). Historiador, escritor, crítico y curador. Tiene publicado, entre otros los libros, "Abrazado sobre la tierra", "El Guajiro Barba", "Historia de Guáimaro: Época colonial", "La Vista Gorda" además obras suyas conforman antología y selecciones en Cuba y otros países como Uruguay, España e Israel.